Programamos una escapada a Europa, no he visitado nunca Alemania y tengo muchas ganas de conocerla. Propongo visitar Múnich, mis amigas son guerreras, y saben porque elijo esta ciudad. Además de conocer los lugares más turísticos, ¡Queremos conocer la ciudad del sr. Zimmerman!
El vuelo de Barcelona a Múnich es directo. Vueling es la compañía que más utilizo, será porque su base es el aeropuerto de Barcelona y tiene bastantes vuelos directos desde aquí… pero de momento no tengo queja. Tienes la tarjeta de embarque gratuita (7 días antes del vuelo), los asientos los asigna la companía pero suelen darlos juntos si viajas con alguien más. Y como no facturo equipaje el billete sale bastante bien de precio. Además puedes viajar con una maleta de mano y un bolso y no están haciendo sorteos continuamente durante el vuelo 😉

Embarcamos con Vueling
Elijo un hotel cerca de Karlsplatz. Para mí es una ubicación excelente. Puedes bajar hacia Marienplatz andando y tienes el metro, tranvías, etcétera a un paso.

Karlsplatz
Cuando llego al aeropuerto de Múnich, voy directa a la estación de tren, desde las máquinas de billetes es muy fácil sacarlo escogiendo el idioma. Si coges el S8 hasta Karlsplatz – Stachus, cuesta entre 11-12€. Algo que me sorprendió fue que al contrario de otras ciudades que he visitado, aquí no tuve que pasar el billete por ningún control (torno de acceso) y tampoco pasó el revisor (no sé si fue casualidad). Lo mismo nos pasó a la hora de coger el metro, no hay barreras de paso donde validar el billete. Al final ya dudábamos si eramos los únicos en pagar el metro. Será cuestión cultural…
Múnich es una ciudad cómoda, fácil y práctica para visitar. Desde Karlsplatz puedes coger el tranvía 17 e ir hasta el Palacio de Nymphemburg. Para entrar en el palacio hay que pagar entrada, pero tiene unos jardines grandiosos y la entrada es gratuita. Si tienes suerte y hace buen tiempo, nadie te quita unas fotos espectaculares y una caminata agradable.
La verdad es que durante los 3 días que estuvimos en Múnich tuvimos toda clase de clima. El primer día, nos hizo un sol espléndido. Sobraban chaquetas, abrigos, casi en manga corta que iban algunos. Los lugareños, aprovechaban cada rincón de la ciudad, para sentarse y disfrutar del clima charlando. El segundo día, fue un día gris, llovió parte del día. Y el tercero, llegaron a caer copos de nieve, sin llegar a cuajar, ni llover pero las temperaturas habían bajado contrastando bastante con las del primer día.

Palacio de Nymphemburg

Jardines
Una de las plazas principales es Odeonplatz, con otro jardín bonito.

Odeonplatz

Hofgarten
La zona que más me gustó fue desde Marienplatz hasta el Viktualienmarkt .

Marienplatz

Antiguo Ayuntamiento de Múnich

Viktualienmarkt
Viktualienmarkt es un mercado tradicional. Hay infinidad de puestecitos de comida, y todo tipo de productos. A mí se me antojó un zumo natural de no se cuantas frutas y aprovechamos que el vendedor chapurreaba el español, para preguntarle por algún restaurante con comida típica bávara. Nos recomendó uno que estaba en una de las esquinas que rodeaban la plaza y allí que nos fuimos. El sitio en cuestión se llama Der Pschorr, ¡recomendadísimo! El lugar es inmenso, el edificio es antiguo, pero la decoración es moderna, mesas de madera con bancos también de madera. Todos los camareros van vestidos con el traje regional y en general fueron muy amables (aunque no hablaban ni una gota de español). Cuando entras, hay un pequeño mostrador y la persona que te recibe te pregunta de donde eres, entre las típicas preguntas (cuántos sois…) y una vez te dan mesa, sorpresa… nos dieron la carta en español. ¡Toma ya!

Der Pschorr

Der Pschorr
Recomiendo la especialidad de la casa, un asado de carne marinada al estilo bávaro. Y sobre todo, un postre increíblemente delicioso, los buñuelos de manzana. OMG! Está increíble. Ese contraste crujiente entre el buñuelo recién hecho y calentito y el helado, es… ¡indescriptible! Sobra decir, cada vez que fuimos repetíamos postre.
Otra de los lugares más visitados es la Hofbräuhaus. Una de las cervecerías más famosas de la ciudad. Es todo un espectáculo, aunque está bastante masificado de turistas. Para comer ahí, hay que cargarse de paciencia y estar al loro en cuanto se desocupe una mesa. Entré varias veces, hay música en vivo y el ambiente no deja de llamar la atención, pero no tuve el ánimo de esperar el tiempo suficiente para conseguir mesa…

Hofbräuhaus

Hofbräuhaus

Hofbräuhaus
Lo bueno de las ciudades no excesivamente grandes, es que puedes hacer bastante recorrido a pie. Pasamos por varias puertas de la Ciudad. La de Karlstor la teníamos muy cerquita del hotel (Karlsplatz) y alguna como la de Sendlinger se nos resistía un poco a aparecer. Cuando ya nos dimos por vencidos, (el cansancio hacía que viéramos el mapa al revés) nos la encontramos de camino al hotel.

Karlstor

Isartor

Sendlinger Tor
El English Garten, es el parque más famoso de la ciudad. Inmenso. Generalmente en mis escapadas de un par de días, el último día me gusta hacer caminata mañanera por los parques de la ciudad. Realmente los domingos tienen bastante actividad. En mi visita a este parque llegamos a encontrarnos con un grupo de muchachos que practicaban la lucha medieval.

Englischer Garten

Englischer Garten
Para esas guerreras que me leen, os cuento que también visité el puente de Kabelsteg. Está escondidito y no es muy grande. Pero no deja de ser especial por lo que significa para nosotras. Del Sensation, ni rastro (jajaja) 😉 Paseamos por la Maximilianstrabe (como Judith) y estuvimos cerquita de la Iglesia de San Cayetano (próxima a Odeonplatz).
Siempre que visito una ciudad, me gusta conocer también como es el ambiente salsero nocturno. Así que para los salseros que les guste la comida criolla, les recomiendo el Buena Vista Bar. Desde Karlsplatz cogimos el tram hasta Reichenbachplatz y desde ahí caminamos un par de minutos hasta el Bar. Había bastante ambiente, no es muy grande, pero se está bien. La casualidad quiso que nos atendiera una chica española, muy simpática que nos recomendó lo mejor del menú además de una buena charla. En cuanto a la comida, eran platos de comida criolla de varios países latinoamericanos con un toque original. Había desde Ceviche, burritos, fajitas, arepas, quesadillas, patacones, yuca, frijoles hasta ensaladas y otros platos combinados. Algunos pedimos pollo a la maracuya que venía con una guarnición de arroz (¡buenísimo!) y otros los patacones con carne mechada (también muy rico). Después había música para bailar, el ambiente era muy agradable, se podía bailar y luego estar cómodamente sentados en tu mesita tomando algo.
Me gustó mucho esta ciudad, la encontré acogedora. Era mi primera visita a Alemania, y aunque tengo que reconocer que mis expectativas con respecto a los lugareños no eran muy elevadas (me temía un recibimiento similar a nuestros vecinos franceses). Me llevé una grata sorpresa. En la recepción del hotel, en todo momento nos intentaron hablar en español (aunque a veces lo mezclaran con el italiano), el simple intento de mostrar interés en hablarte en tu idioma, es de agradecer. La gente, amable, dispuesta a darte indicaciones. La ciudad fácil y práctica, como comentaba anteriormente. Me gustó también ver a gente joven, vestida con el traje regional. Lo personalizaban un poco pero era curioso verlos, por ejemplo un sábado por la noche una chica con su trajecito customizado telas modernas y bastante a la moda, y su pareja vestida con vaqueros y camisa, cenando en la mesa de al lado. O un grupito de chicos, con los pantalones típicos y sus tirantes a conjunto con una camiseta básica de manga corta… Entendí que debían combinar su traje, con otras prendas de manera habitual.
Me quedé con ganas de visitar el Castillo de Neuschwanstein, así que sin lugar a dudas, ¡es un buen motivo para repetir!

Neptunbrunnen
¿Repetiré Munich?… ¡Sí!
Gracias a mis compis de viaje Karen y Marcelo, que fueron los fotógrafos oficiales.
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