Cuando decidí hacer el viaje a Escocia, mis expectativas eran muy altas. Siempre he querido visitar esa tierra de clanes, leyendas y highlanders. Y temí que al llevar tantas expectativas, me decepcionara un poco. ¡Pero nada más lejos!
El clan de los 8 llegamos a Edinburgh, sobre las ocho de la tarde. Aún era de día. Genial, porque pudimos disfrutar del entorno hasta llegar al hotel. Nada más entrar en la ciudad, lo que más me sorprendió fue la arquitectura de las casas y los pequeños edificios. (Cuando digo pequeño, me refiero a bajitos). Parecía que entrábamos a otra época. Nuestro hotel estaba en South Bridge, muy cerca de la Royal Mile, Scotland Museum, Edinburgh Castle… En fin, que estábamos super bien ubicados.

Royal Mile. Edinburgh
Nos apropiamos de las habitaciones, y bajamos a cenar por South Bridge Street. No andamos mucho, cerquita del hotel tuvimos donde elegir.
A la mañana siguiente salimos rumbo a Skye. Empezamos el tour de 3 días de la mejor manera posible, porque el guía que nos había tocado era la caña. Sevillano, con mucho arte y con muchos datos que contarnos de una manera bastante llana y fácil de retener.
Nada más salir de Edinburgh, ya vimos mucho verde y animales pastando libremente…
Cuanto más nos alejamos de la ciudad más me envolvía la magia que se respira en ese paisaje de quietud, tranquilidad, paz y buena energía.
Hicimos varias paradas, para admirar el paisaje antes de llegar a la primera ciudad de Skye. Pasamos por el Glencoe, mientras el guía nos explicaba la masacre que tuvo lugar entre los clanes Campbell y los MacDonalds (la sopa y la hamburguesa).
Fort Williams, una pequeñísima ciudad, llena de silencio y con un hermoso parque que te invita a sentarte para simplemente respirar.
En Fort Williams teníamos una horita y media para comer. El guía tuvo a bien comentarnos, que el servicio en pubs, restaurantes… es bastante lento. Y nos propuso una alternativa práctica y económica. En el Tesco (supermercado) venden un menú de oferta meal deal que consta de 3 unidades: un sandwich doble, bebida y patatas o postre por 3.99£. Nos decantamos por está opción más rápida que nos permitió sentarnos en el parque, y después tener tiempo para recorrer la calle principal de Fort Williams.
Saliendo de Fort Williams hicimos alguna parada más antes de llegar a Eilean Donan.
Por fin llegamos a Eilean Donan. Entrada al castillo 7£. Realmente el sitio tiene un encanto especial. Me detuve a contemplar la panorámica del castillo y su lago antes de cruzar el puente, por fin iba a conocer el castillo de Duncan MacRae (l@s que leen a Megan Maxwell, saben de que hablo). Mientras cruzaba el puente escuchaba de fondo el sonido de una gaita, no podía hacer más especial el momento.

Eilean Donan Castle
No nos dejaron hacer fotos del castillo por dentro. Este fue completamente reconstruido en 1932 por el coronel MacRae. El castillo había quedado completamente derruido y realmente era bastante reciente su reconstrucción, a mi esto me cambio un poco el sentimiento que llevaba, la verdad. Pero esto ya son cosas mías…
Una vez terminada la visita a Eilean Donan Castle, pusimos rumbo al pueblecito donde íbamos a alojarnos en la isla de Skye, Kyleakin. Nos alojamos en un curioso bed&breakfast, que consistía en un pequeño edificio (parecía una casita de dos plantas) con no más de 10 o 12 habitaciones todas con baño privado. Un edificio contiguo, en el bajo un pub donde servían el desayuno. El desayuno constaba de 3 menús a elegir, iba desde el desayuno clásico con tostadas, huevo revuelto y salmón, hasta el escocés con tostadas, judías, huggies… También había un pequeño buffet donde podías servirte café, zumos, leche y tostadas a tu gusto. Sobre el pub, estaba el albergue, y por detrás la modesta recepción. El dueño, habla español, en general fueron bastante amables.
En el pub servían cena, la cocina suele cerrar a las 21h. Próximo al bed&breakfast hay un restaurante bastante grande y con unas vistas inmejorables al lago, donde cenamos uno de los días y estuvo muy bien también.

Kyleakin
Al día siguiente, nos adentramos en la isla de Skye hasta Dunvegan Castle, mientras el guía nos contaba la batalla de la tuerta. Entre los MacLeod y los MacDonalds.
El Dunvegan Castle me sorprendió muchísimo. El clima nos acompañó bastante y la panorámica que ofrecía el castillo fue espectacular. Entrada al castillo 11£.

Dunvegan Castle
Primero nos dedicamos a recorrer y disfrutar los jardines, hasta llegar a la parte trasera del castillo donde nos encontramos con unas panorámicas increíbles junto al lago.

Dunvegan Castle
Es un castillo reformado (la familia MacLeod lo habita en ocasiones y tiene zonas privadas). Aquí sí pudimos hacer fotos, podéis apreciar el esplendor de algunas salas.
Seguimos por Skye y paramos a comer en Portree, aquí nos pasa lo mismo que en Fort Williams, tenemos poco tiempo para comer y preferimos utilizarlo para pasear y comer algo rápido con vistas a la bahía. Probamos el fish&chips, en un pequeñísimo establecimiento junto a la bahía. Y la verdad es que el pescado estaba muy bueno.

Fish & Chips, Portree Bay
Continuamos subiendo por Skye y divisamos el Old Man of Storr, nuestro guía hace una breve parada para subir a pie un pequeño tramo y tener una mejor panorámica. Y seguimos hasta parar para ver el Kilt Rock.

Kilt Rock. Skye
Os decía que nuestro guía era la caña. Y es que veréis, resulta que era su último tour con el tour operador que contraté las excursiones. Y a modo de despedida, nos alargó el itinerario. Por lo que continuamos más allá del Kilt Rock y bordeamos la parte norte de Skye con parada incluida a este espectacular paisaje…
Otra cosa, que estuvo genial es la acertada selección de canciones mientras acompañaba al paisaje, creo que eso sin duda ayudó a hacer el momento aún más especial.
Último día de tour, dejamos Skye (yo me hubiera quedado un poco más) y pusimos rumbo al Lago Ness. Nessy, no apareció. Pero si disfrutamos de un paseo en barco por el lago hasta bordear el Urquhart Castle (guerrer@s Maxwell, ¡el hogar de los MacKenna!). Fue el único día que amaneció nublado, mientras estábamos en el barco, empezó a llover. Sacamos por fin nuestros impermeables para estrenarlos, aunque fue por poco tiempo. La primera media hora la pasamos en cubierta haciendo fotos y vídeos, pero luego bajamos, a sentarnos a resguardo y a tomarnos algo calentito en la cafetería.
Llegamos a Inverness.
No podéis dejar de visitar la asombrosa librería, Leakey’s Bookshop. Recorrimos la pequeña ciudad, bajo una intermitente lluvia, pero como habíamos leído que los lugareños no suelen utilizar paraguas íbamos bien preparados con nuestros impermeables…

Leakey’s Bookshop
De camino a Edinburgh, paramos en la pequeña localidad de Pitlochry, un lugar con encanto.
Esta sería la primera etapa de nuestro viaje. ¡En breve, publico el resto!