Se me ocurre, que puede ser divertido, recibir colaboraciones en este blog. Así que esta es la primera entrada de una #AbuceritaViajera que quiere colaborar en el BlogdeAbuc.
Marta nos brinda su experiencia en la isla de Sao Miguel en las Azores. Conozcamos pues, un poquito de esa isla de la mano de Marta…
Este año, y de forma inesperada, se presentó la oportunidad de hacer turismo ecológico. Una amiga y yo habíamos pensado ir a la isla de Cerdeña, pero a última hora surgieron inconvenientes y hubo que hacer un cambio de planes. Y con tan poco tiempo no se nos ocurría nada hasta que Abuc nos propuso ir a las islas Azores. De entrada nos sonó muy bien, con ganas de vacaciones y sin apenas tiempo de buscar destino pues nos gustó la idea, pero cuando vimos el plan de ecoturismo, quedamos entusiasmadas. Así que para allí nos fuimos.
Destino: Sao Miguel
También conocida como isla verde, la mayor de las islas del archipiélago de las Azores está llena de oportunidades para los amantes de la naturaleza.
Aterrizamos en el aeropuerto de su capital, Ponta Delgada, y cuando llegamos al hotel estábamos deseosas de inspeccionarlo todo. Una ciudad colonial llena de gente amable que hace que te sientas como en casa, y con unos edificios que te transportan a otra época.

Ponta Delgada

Portas da Cidade, Ponta Delgada
La comida allí es exquisita además de bastante económica, no importa dónde vayáis a comer, os atenderán de mil amores y la relación calidad precio es muy buena en cualquier sitio.
En los bares del puerto el precio es algo superior, pero también merece la pena. La última cena la hicimos en “Mercado de Peixe” y es muy recomendable, pero cualquiera que encontréis en el centro o a pie del puerto os encantará, porque el servicio y la calidad son iguales en toda la isla.
La temperatura en el mes de julio oscila entre los 16 y los 29 grados. Dicen los que viven allí que en un día tienes las cuatro estaciones, y la verdad es que es cierto, en el mismo día te encuentras con temperaturas bastante fresquitas por la mañana y a medio día sol y calor, pero sin agobiar. Es bueno llevar siempre una rebequita encima porque en cualquier momento te hace falta y puede que incluso llueva. A nosotras solamente nos llovió en un par de ocasiones pero nada relevante. ¡Ah! Y es una ciudad muy segura, delincuencia prácticamente “0”.
Para moverse por la isla la mejor opción es alquilar un coche, los precios son más o menos los mismos que en la península y podrás parar en cualquier punto del camino siempre que te apetezca, y te aseguro que te apetecerá. Hay líneas de bus hacia cualquier punto pero los horarios nos limitaban bastante y optamos por el coche.
Las carreteras allí están vestidas de hortensias, y ofrecen un viaje extremadamente placentero y, oye, ¡que te apetece perderte!
¡No importa!. Es muy fácil llegar a cualquier punto porque está todo bastante bien indicado.
Nosotras solamente tuvimos un percance para llegar a Lagoa do Fogo, porque el GPS nos llevó por una ruta senderista, pero encontramos a otros visitantes que nos indicaron cómo llegar.

Lagoa do Fogo
Lo mejor es dirigirte a Caldeira Velha, que es un parque natural con piscinas naturales de agua caliente y fría al que se puede acceder por 2,00€, y que está a 10 minutos del lago que es espectacular ¡mi favorito!, que está más o menos en el centro de la isla.

Caldeira Velha
No dejéis de visitar el lago Congro, un lago no muy grande, pero en un entorno casi mágico que nos enamoró al instante, curiosamente no es de los más visitados.

Lagoa do Congro
Otra parada obligatoria es lago Sete Cidades, el más grande de la isla, formado por dos lagos, uno más grande de color azul y otro un poco más pequeño de color verde y que están unidos.

Sete Cidades
De camino hay unos miradores que ofrecen unas vistas espectaculares, pero sin duda las mejores fotos las haréis desde un hotel abandonado que en su época fue un hotel de lujo, Hotel Monte Palace; está a pie de carretera de camino al lago donde encontraréis multitud de gente haciendo fotos y visitando el hotel.
También debéis visitar Furnas, una pedanía donde hay pequeños cráteres volcánicos en cuyas calderas se prepara un cocido muy típico. Personalmente el lago Furnas no fue el que más me gustó, pero merece la pena visitarlo.
No tengáis miedo de caminar por la montaña, Sao Miguel ofrece unas rutas senderistas como la de Sanguiño que son espectaculares. En Sanguiño encontraréis dos emplazamientos con una cascada cada uno, y son imprescindibles de visitar, no os marchéis de allí sin verlo.
Y por último, tenéis que ir a ver los delfines y las ballenas, hay infinidad de puntos de información donde os ofrecerán el servicio.
¡¡Una semana sabe a poco allí!!
Gracias a Marta por el post y fotos y a Karen por las fotos.